Papás vale bien la pena además de preguntar a sus hijos cuando regresan de la escuela ¿qué pasó? ¿qué sintieron? y ¿qué aprendieron? a lo largo de la clase, aprovechar lo cotidiano del camino a casa, lo que sucede en el hogar, al ir al súper, al parque, etc. pues existe la posibilidad de practicar algunos conocimientos con sus hijos, incluso es posible aprender un poco más y trasladar los aprendizajes de la escuela a la vida real. un ejemplo de ello es cuando vamos de compras y les pedimos ayuda para sumar el precio de dos productos de un costo no muy alto, cuando vamos caminando y vemos hacia donde se está ocultando el sol y le preguntamos a donde está el Oeste o cualquier punto cardinal, al ver carteles en la calle y destacar sus características y utilidad o al momento de comer y estar anlizando a los alimentos según su grupo. La idea es reforzar lo visto en clase y aplicarlo fuera de la escuela.
Ayúdenlos a ver que lo que aprenden tiene un valor y una aplicación real y que a medida en que más aprenden, mayores posibilidades de ser exitosos. Déjenlos participar en los apoyos de casa, si se les pierde el perro hagan carteles, preparen pambazos y véndanlos en el parque (analizan los alimentos con los que se preparan, hacen los careteles para anunciarlos y hacen cálculos al momento de cobrar) vayan al cerro de Macuiltépetl, preparen un menú sencillo y saludable y vayan a comérselo para disfrutar de la naturaleza y ubiquen desde el mirador los puntos cardinales.
con esto y cuanto les proporcione su imaginación y creatividad, lograrán que sus hijos valoren sus logros, descubran el placer de aprender y además disfruten de la compañía de sus niños pues como verán crecen muy rápido y llegará el tiempo en que ya no podremos disfrutar de verlos sorprendidos por descubrir el mundo así como disfrutar de su inocencia y estrecha cercanía. APROVÉCHENLOS
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